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lunes, 11 de mayo de 2009

Triskel círculo divino


El trískel manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el perpetuo aprendizaje. Dado que representa a las tres espirales en movimiento que no son sino las tres manifestaciones de Dios, ser portador del trískel, es tanto como ser un conductor de Dios. Los druidas, que eran los únicos que podían ostentar el sagrado símbolo de la divinidad, eran pues pequeños dioses andantes, templos vivientes en definitiva que albergaban y portaban sobre su pecho las tres esencias de la divinidad. Pero el trískel no era solamente una forma de llamar al orden o de ostentar el poder. Era una herramienta mágica, religiosa y conductista hacia los mundos ancestrales Desde el punto de vista mágico el trískel es un talismán y según las leyendas puede obrar la curación quitar la fiebre aliviar heridas y, como no, ser de gran ayuda para conducir a las almas de los difuntos ante la presencia de sus antepasados. Desde el punto de vista espiritual el trískel servía para dar paz de espíritu y estado de ánimo a aquellos que lo tocaban al tiempo que invocaban a sus dioses. El druida ha esperado durante mucho tiempo para tener sobre su pecho este elemento de culto y sabe que con la hoz, la vara, la virita, el caldero y el muérdago forma equipo de trabajo. Desde una perspectiva adivinatoria y trascendental el triskel será la puerta que se abre para entrar en el plano energético de los dioses. Los druidas meditaban mirando al triskel, lo reproducían en sus claros de bosque y lo grababan en las piedras y en las cortezas de los árboles. El trískel les permitía entrar en estados alterados de conciencia. El giro de los brazos rematados con esferas era el detonante capaz de lograr el desapego de lo material alcanzando así la trascendencia. La verdad es que solo hace falta relajarse y observar un triskel para a lograr un estadio de tranquilidad y paz interior. Si a todo esto le añadimos la ingesta de determinadas sustancias, seguramente alucinógenas, es muy fácil entender que los druidas viajaban al mundo de los espíritus con sólo ver o tocar su trískel.
Aludiendo al héroe Vercingetorix se afirma:
El triskel "...generalmente tallado en oro, estaba formado por un círculo en cuyo interior había una cruz de tres brazos curvos semejando una hélice. Estos tres brazos estaban unidos en el centro, partiendo de un punto común y se dirigían hacia el círculo exterior. El extremo exterior de cada uno de estos brazos acostumbraba a estar rematado con una esfera que quedaba pegada al marco del círculo. Cada una de las tres hélices representaba un estadio de la vida, cada una de las tres esferas manifestaba un poder, y todas ellas se unían a1 círculo externo que era una alegoría del mundo. Como dice sobre el Trískel un texto sagrado que está basado en la tradición oral druídica y que conoceremos en su total integridad en la segunda parte de esta obra: "Tu mundo es una esfera sagrada... En su interior cohabitan las tres partes de ti, idénticas en tamaño, pero diferentes en naturaleza. Cada una de estas partes es tú mismo y contiene tu evolución y tu alma." La rendición de Vercingetórix no fue solamente la ejecución de un acto militar o político. César no entendió las tres vueltas del caudillo celta en torno a él y sus cronistas las interpretaron como un último destello de rebeldía. Sin embargo, cuando Vercingetórix gira alrededor de César, está ejecutando un acto místico y mágico a la vez. Él era un iluminado, recibió todos los honores como rey y como hombre de poder, asumió como propia la vida de todo su pueblo y, cuando se rinde, no solamente entrega su persona sino a toda una cultura y a todo un país. Con la primera vuelta, que representa la primera esfera del trískel, entrega su cuerpo y con él las tierras y los cuerpos de todos los hombres, mujeres y niños de la Galia. Al efectuar la segunda vuelta le da al vencedor su mente, y con este giro traza la segunda esfera del trískel, es decir, entrega las ideas, los pensamientos y todo cuanto podría haber pasado en el futuro si hubiera vencido. Finalmente, en la tercera vuelta, que equivale a la tercera esfera sagrada del trískel, le entrega a César el alma, la esencia de él y de toda su cultura, poniendo incluso a su disposición todo su panteón de antepasados, héroes y dioses. Vercingetórix fue conducido a Roma. Y en el año 45 a. C. fue sometido a la humillación de pasearse por las calles de la capital del Imperio, al tiempo que los romanos le increpaban con gritos."

lunes, 4 de mayo de 2009